Debe comprobarse al menos una alternativa

Agua e Hidroenergía conducen a un desarrollo autosustentable en comunidad Indígena Sarayoj, Bolivia

Describa por favor brevemente su trayecto de Agente de cambio

Sarayoj es una comunidad indígena de 80 familias, descendientes de la etnia Lecos, extremadamente aislada. Vivían en condiciones de extrema pobreza, consumían agua directamente del río, para iluminación nocturna usaban: velas, mecheros a kerosen y solo en ocasiones especiales un motor a gasolina. No tenían un camino vehicular, los habitantes debían caminar 6 horas a pie hasta la población más cercana Apolo, por un terreno bastante empinado y de difícil acceso, para proveerse de alimentos, vender alguna producción agrícola y recurrir al hospital para atenciones médicas de urgencia. En esas condiciones, los 28 niños recibían solo 6 clases al mes y el responsable de salud visitaba la población cada 6 meses solo para vacunarlos. Por falta de condiciones mínimas de servicios básicos, ni el profesor y menos el medico sanitario querían quedarse en Sarayoj y pedían a los habitantes con enfermedades o problemas de salud graves salir caminando hasta Apolo para ser atendidos. Muchas veces, incluyendo los partos tuvieron desenlaces fatales. La producción agrícola de la comunidad era prácticamente para autoconsumo, producían sus propios alimentos, como el arroz y maíz, que debían llevar hasta Apolo para el pelado y la molienda de granos, como el trigo para la elaboración del pan. No obstante que Sarayoj es una comunidad originaria, se veía amenazada por una economía de subsistencia y afectados también el cambio climático, por lo que fue necesario aunar esfuerzos para mejorar su calidad de vida y conectarla al mundo actual, brindando a la población la oportunidad de desarrollo sostenible, gracias al agua.

Describa por favor el cambio que creó su iniciativa y cómo se logró.

La población de Sarayoj, se asentó al borde un río que les proveía de agua necesaria para la vida y con la esperanza de que algún día dicho recurso les cambiaría la vida. A solicitud de la comunidad, del Municipio y organizaciones de base campesinas, llegamos a Sarayoj e inmediatamente observamos que el caudal del río y su topografía eran lo suficiente para mover una turbina y producir suficiente energía eléctrica para la población y utilizar dicha energía en diferentes aplicaciones productivas. Así, la comunidad fue organizada a través de un Comité de Electrificación, con activa participación de la mujer para ejecutar un proyecto multi-propósito de agua-energía que integre todos los usos productivos, la salud y educación, para erradicar la amenaza de subsistencia de Sarayoj. Con el proyecto diseñado se buscó y sensibilizó la Cooperación Italiana, el apoyo Municipal, autoridades campesinas y se procedió a la ejecución del proyecto de aprovechamiento del agua, de manera amigable con el medio ambiente, para transformar la energía hidráulica del río en energía eléctrica a través de una MicroHidroeléctrica con tecnología nacional, que en definitiva ha cambiado para bien la vida de la comunidad. Adecuando y replicando nuestras experiencias tecnológicas a Sarayoj, una población de extrema pobreza, que de manera determinante se motivó y participó activamente en la auto-construcción (jóvenes, niños, mujeres, ancianos), trabajando arduamente en muchas jornadas comunitarias y asistiendo por las noches a los talleres de capacitación en Operación, Mantenimiento y Administración para lograr el objetivo final, contar con agua y energía.

¿Cómo ayudó su iniciativa a desarrollar resiliencia al cambio climático?

Gracias al proyecto, se redujo la presión sobre el bosque, la deforestación, la búsqueda incansable de oro sin éxito, la extracción de leña y madera escaza para vender y subsistir y la reducción de CO2, generando su propia energía limpia. La variabilidad climática afecta con precipitaciones más intensas y sequias extremas, que son enfrentadas utilizando agua y energía que poseen, garantizando la seguridad alimentaria, utilizando peladora de arroz, molino de granos, cuentan con sistema seguro y permanente de agua, pueden utilizar la energía para bombear y utilizar sistemas de riego por aspersión y por goteo (a futuro), la producción de flores exóticas como orquídeas silvestres, producción de miel, uso eficiente de la madera para fabricar muebles, producción de incienso y copal evitando que la humedad afecte el secado del producto que comercializa en Apolo. Por ende, la comunidad en su conjunto ha desarrollado una capacidad de resiliencia al cambio climático y está muy informada al respecto.

¿En qué decisiones relacionadas con el agua influyó o mejoró esta iniciativa?

Prácticamente el éxito del proyecto se base en el aprovechamiento racional, eficiente y ambiental del agua, para producir energía eléctrica limpia y renovable, y las obras de la MicroHidroeléctrica de baja caída, son aprovechadas para el sistema de almacenamiento y distribución de agua las 24 horas a toda la comunidad. La energía eléctrica producida permite diversificar sus actividades productivas y de seguridad alimentaria, ante escenarios de variabilidad climática, donde se advierte que los patrones del clima han cambiado produciendo intensas lluvias y sequias adversas en los que se utiliza el sistema de bombeo eléctrico para el riego de sus cultivos, brindar iluminación adecuada durante la horas nocturnas para actividades como recolección de miel, floristería, carpintería y además de haber generado mejores condiciones de vida para que el profesor se quede en la comunidad, y se cuente con una posta sanitaria donde se puedan refrigerar las vacunas y elementos básicos de enfermería y pronto socorro. Todos estas acciones y toma de decisiones han sido realizadas de manera conjunta con los beneficiarios, en las diversas reuniones llevadas a cabo a la cabeza del CEL y con la activa participación de la mujer, quien en casa es la responsable de las labores domésticas que se han visto aliviadas por la energía y el acceso seguro al agua, y la moliendo y pelado de arroz. Así como disponer más tiempo para otras actividades de orden productivo y familiar que les permita generar ingresos extras a su economía de subsistencia.

¿Cuáles fueron algunos de los desafíos enfrentados y cómo se superaron?

El principal, problema enfrentado fue la falta de acceso vehicular a la comunidad, que en un momento puso en duda la ejecución del proyecto, pero la tenacidad de Sarayoj y nuestra ayuda presionaron al Municipio para que se construya el camino, no solo para la ejecución del proyecto, sino que permita a la comunidad estar conectada al mundo, de manera permanente inclusive en época de lluvias. Dicha condicionante fue determinante para que el Municipio inicie la construcción del camino, quienes a su vez extremaron esfuerzos para destinar un tractor y el combustible para abrir el camino. Pero gracias al esfuerzo y sacrificio de la comunidad y nuestra asistencia técnica, se ejecutó el proyecto, sin haber esperado el camino, que muy lentamente fue ejecutado y que mucho después de la conclusión de nuestro proyecto este llego a Sarayoj, que después de unas tormentas intensas se derrumbó casi en toda su longitud. Las reuniones con las autoridades municipales y organismos de base en Apolo permitieron que se haga realidad la construcción el camino, no importando que sea a destiempo, pues la comunidad se encontraba muy motiva en poder contar con su propia energía y agua para vivir mejor. Hoy en día, son la envidia de la región ya que cuentan orgullosamente que poseen su propia energía eléctrica y que la usan para todos sus usos productivos.

En su opinión: ¿Continuará el cambio creado por su iniciativa?

La ejecución del proyecto ha acompañado con un proceso de capacitación permanente sobre la operación, mantenimiento, administración y los cuidados del sistema, que están garantizando y demostrando la sostenibilidad de la iniciativa. La comunidad y en particular la mujer que se han acostumbrado a la disponibilidad de la energía y no permiten quedarse nuevamente sin luz realizando un control y exigencia estricta sobre los responsables, aprovechando la energía en sus actividades productivas que les brinda mayores ingresos económicos. Ahora ya cuentan con un profesor que vive allí y el ayuda en la protección y cuidado del bosque, que se ha convertido en una actividad comunal, que se imparte en las clases de los niños también, ya que este garantiza la presencia de lluvias que alimenta el río, que sirve como combustible para la MicroHidroeléctrica que funciona sin parar y que es cuidada como un “bebe”, según los comunarios.

¿Cuáles fueron las lecciones aprendidas (buenas y malas) de la iniciativa y que puede compartir con otros?

Las lecciones aprendidas, inclusive para nuestra organización, fue que el deseo de progreso acompañado de una adecuada organización pudo hacer posible un proyecto de agua y energía que era prácticamente casi imposible de ejecutar se haya hecho realidad en un año de arduo trabajo en lluvia y a pleno sol. Pero la población de Sarayoj nunca desmayo, demostró permanentemente unidad y confianza en la toma de decisiones, eximiendo por demás una sólida organización comunal y una motivación envidiable para lograr el objetivo de mejorar su calidad de vida y generar mejores días de vida para sus familias y sus niños. Los trabajos encomendados eran ejecutados rápidamente obligándonos a avanzar más y realizar mayor permanencia en la comunidad, que en ocasiones se nos podía cuesta arriba por el acceso dificultoso, que por otro lado nos motivaba a seguir adelante. Quizá la lección negativa aprendida, es la confianza en las autoridades municipales, que a la hora de la verdad nos fallaron, pero que a su vez sirvió para una motivación mayor en pos del proyecto.