La reunión convocada para revisar en conjunto la información concerniente al indicador 6.5.1, referida al grado de aplicación de la ordenación integrada del recurso hídrico, contó con la participación de representantes del sector público, de la Academia y organizaciones no gubernamentales.
Según indicaron los participantes, la institucionalidad vinculada con la gestión del agua dulce en el país es numerosa y ello no facilita una buena coordinación. Igualmente fueron señalados otros elementos que dificultan la labor de los organismos nacionales y no obstante no contar con la totalidad de los representantes de ellos, los asistentes al taller realizaron su mejor esfuerzo por entregar una visión de la realidad del país, en cuanto a la gestión del agua dulce. “Lo que me asalta es que ¿vamos a esperar a quedarnos sin agua dulce antes de ponernos de acuerdo?” les interpeló Mercedes Meneses, Punto Focal SDG 6 de Chile, Jefa Departamento de Medio Ambiente de Cancillería y comenzó el debate.
La facilitación a cargo de Tomás Gueneau les invitó a soñar con el agua que cada uno quería para su país para luego comenzar a trabajar en grupos en las lógicas de “lo que hay” y “lo que falta o falla” y relevar los temas convergentes para identificar los 2 o 3 desafíos más relevantes de común acuerdo. Y lograron el objetivo.
La jornada fue intensa y el intercambio muy fluido. Las dinámicas fueron bienvenidas por los asistentes, quienes destacaron la facilitación del evento y agradecieron la posibilidad de expresarse.
Chile sabe que este es el primer paso de un proceso. Y está dispuesto a seguir trabajando en ello, integrando más actores y enriqueciendo el intercambio.
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