“El liderazgo importa: en la construcción de un mundo seguro para el agua, quizás más que en muchas otras áreas. Y las mujeres líderes desempeñan un papel especial en el sector del agua. Les pedimos a las mujeres de la red Global Water Partnership que nos contaran sobre su viaje de liderazgo, y sus puntos de vista son sorprendentes y perspicaces. Estamos celebrando el Día Internacional de la Mujer compartiendo estas historias, como lo hemos hecho en los últimos años cuando GWP celebró el Día Internacional de la Mujer ”, dice la Secretaria Ejecutiva de GWP, Monika Weber-Fahr.
Esta es la voz de las 13 regiones. y, a continuación, María Angélica Alegría, Ingeniera chilena nos cuenta su historia.
María Angélica Alegría-Ingeniera Civil Hidráulica
¿Cómo ha sido su camino para convertirse en una mujer líder en el sector del agua?
Ha sido una mezcla de características personales y profesionales. En lo primero una fortaleza de carácter combinada con una dosis de rebeldía y de no aceptar lo establecido porque sí y siempre desafiar lo que se hace como practica establecida que carece de fundamentos. En lo profesional, algo que da mucha solidez es el talento y una gran capacidad técnica y formación profesional. Con esas características es bastante menos complicado poder posicionarse como líder porque permite además desbaratar los sesgos machistas y discriminadores del área del agua. Como Ingeniera Civil Hidráulica mi línea de acción ha sido principalmente en el área de la gestión más estratégica, que ha incluido por supuesto temas sociales y culturales. En el desarrollo de esas actividades la visión holística e integradora ha sido lo que mejor me ha permitido poder posicionarme en situaciones de liderazgo porque ante situaciones que intentan mantener el statu quo con fundamentos o razones inexactas y equivocadas de otros profesionales, he sido implacable en imponer el análisis objetivo, cuantitativo y sobre todo fundado y justificado.
Otro aspecto importante respecto del liderazgo es que hay que tener en cuenta que hay una forma distinta de ejercerlo y crearlo en cuanto a las mujeres. Las mujeres siempre tienen una mirada y un enfoque bastante más horizontal, abierto y dialogante, lo que aunque dificulta al principio el establecimiento de relaciones jerárquicas, no se puede tranzar con ello, si no, se va a replicar el modelo masculino tan vertical que impide un ejercicio del desarrollo de las ideas, de la opinión y de la contribución de las personas. Ese creo es el aporte de una mujer líder en su área de especialidad y trabajo.
¿Cómo podemos abordar colectivamente el proceso inacabado de empoderar a todas las mujeres y niñas en los años venideros?
Es un tema complejo y que debe aún enfrentar grandes desafíos. La educación desde el inicio es particularmente importante. Desde la cuna se debe educar a las personas como iguales, reconociendo sus particularidades, pero sin inhibir sus potencialidades. Todas las personas somos distintas, pero eso no significa que no tengamos grandes capacidades que desarrollar, en distintos ámbitos, cada un@ contribuye desde su perspectiva y entendimiento, por eso todas las posiciones y opiniones son siempre respetables. En particular, respecto de las mujeres se debe intensificar la formación personal en el sentido de que no existen barreras para lo que ellas quieran hacer o emprender, que pueden soñar y atreverse a cosas que, aunque parezcan audaces si ellas persisten lo van a lograr. Se necesitan mujeres emprendedoras, profesionales, científicas, técnicas, dirigentes de base, educadoras, y políticas también, aunque en esto último debe haber una nueva forma de hacer política. Como chilena debo decir que el estallido social en mi país, en octubre del año 2029, evidencio cuan mal evaluados están los sectores políticos, sin ninguna credibilidad ni confianza por parte de la ciudadanía.
Finalmente, creo que el empoderamiento no llega a las mujeres y niñas porque un Estado o un país así lo determine. Ello pasa, y de nuevo debo referirme al estallido social de Chile, por una lucha de las propias mujeres que deben romper esquemas, y apoderarse de un movimiento de liberación que de verdad genere cambios. Lamentablemente el esquema de un modelo mundial que ha abandonado los enfoques de solidaridad, de bien común y que ha fomentado el agotamiento de los recursos naturales, entre ellos el agua, ha generado una asimetría tan grande en cuanto al acceso a ese bienestar social y al goce de los recursos que nos pertenecen a tod@s, que agrega un grado adicional de complejidad en el posicionamiento de las mujeres, especialmente en los niveles de ciudadanía y de base. La desigualdad siempre afecta de manera más severa a las mujeres, en cualquiera que sea la posición en que estén.