Nicoya Peninsula Waterkeeper

Entrevista a Kenneth Alfaro Alvarado, Nicoya Peninsula Waterkeeper.

¿Describa su organización, incluyendo visión y misión y su rol en la misma?

Nicoya Peninsula Waterkeeper logo

Nicoya Peninsula Waterkeeper es una organización costarricense sin fines de lucro cuya misión es monitorear, proteger y restaurar la calidad del agua en los ríos costeros y ecosistemas marinos comprendidos entre la Reserva Natural Absoluta de Cabo Blanco y el Refugio de Vida Silvestre Caletas-Ario en el Sur de la Península de Nicoya en el Pacífico de Costa Rica a través de investigación, trabajo de campo, educación, incidencia y vigilancia de la ley, esto lo ejecutamos con proyectos entorno a dos grandes problemáticas ambientales que son el inadecuado manejo de las aguas residuales y de los residuos sólidos.

¿Cuánto tiempo lleva su organización como miembro de GWP? 

Desde el año 2013 se realizó la afiliación con el fin de conectar la organización con otras a nivel nacional y participar de los procesos en torno a la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH) en el país.

¿Cuáles son los beneficios de ser un socio de GWP?

Consideramos la red tiene un potencial importante y, como organización  comunitaria que realiza acciones por la protección del recurso hídrico directamente, sería importante que se puedan realizar alianzas que permitan ejecutar proyectos en conjunto con la secretaría a nivel regional y otras organizaciones de los países que hagan posible llevar a la práctica desde lo local las estrategias y herramientas para la GIRH que propone GWP.

¿Cuál es el principal desafío que enfrenta la gestión de los recursos hídricos en su área de especialización?

El principal desafío al que nos enfrentamos es el inadecuado tratamiento de las aguas residuales en la zona. Costa Rica es un país que goza de un excelente acceso al agua de calidad potable y de saneamiento básico, sin embargo existe un rezago enorme con solo un 14% de tratamiento de las aguas residuales. Las causas son variadas, pero principalmente se debe a una falta de inversión estatal, debilidades institucionales, vacíos de legislación y monitoreo del cumplimiento de la ley. Esto provoca que no exista una adecuada vigilancia desde el otorgamiento de los permisos, la construcción y la adecuada operación y mantenimiento de las instalaciones de saneamiento tanto en viviendas como en comercios.

Nuestra organización aborda esta problemática desde la parte legal presentando y dando seguimiento a denuncias de contaminación y realizando un monitoreo de la calidad del agua de ríos y mares, además, desde la parte preventiva con proyectos que buscan sensibilizar y asesorar a los habitantes para solucionar estas problemáticas de manera individual y finalmente también aspiramos a lograr en conjunto con los diversos actores comunales e institucionales soluciones de saneamiento colectivas.

¿Cómo COVID-19 ha impactado su trabajo?

Desde nuestra labor, la pandemia al inicio trajo impactos “positivos” pues el cierre temporal de los comercios demostró como la cantidad de contaminación que estaba llegando directamente de los negocios a los ríos de la zona disminuyó drásticamente. Una vez que inició la reactivación económica y los negocios volvieron a abrir sus puertas, se evidenció el aumento exponencial de la contaminación que medimos en los ríos. Las consecuencias del COVID-19 han dejado en evidencia el impacto negativo del incorrecto tratamiento de las aguas residuales en la calidad del agua.

¿Hay proyectos o iniciativas especiales que le gustaría dar a conocer más ampliamente?

Tenemos un proyecto destacado que reúne la visión que tenemos para la zona, se llama “Ocean Friendly Business” a través del cual damos acompañamiento, capacitación y asesoría a los negocios locales como restaurantes, hoteles y casas de alquiler para que reduzcan su contaminación. Los negocios parte del proyecto se comprometen a realizar un correcto tratamiento de sus aguas residuales, adecuada disposición de residuos sólidos reciclables y orgánicos, además de la eliminación de plásticos de un solo uso, entre otras cosas.

Una vez que los negocios mejoran sus prácticas, se les otorga un certificado que los reconoce como Ocean Friendly Business. Es un proyecto  de certificación voluntaria y gratuita que aspira a reducir la contaminación y el impacto negativo del sector turístico en el medio ambiente. Esperamos seguir contando con el apoyo de diversos aliados para amplificar cada vez más el alcance de este proyecto.